viernes, 13 de julio de 2007

Diabetes tipo 2 y Ambiente obesogénico

Diabetes tipo 2 ( Mellitus)


Más kilos, más diabetes

Asociada a estilos de vida sedentarios y a la obesidad, se expande vertiginosamente la diabetes tipo 2 (Mellitus), que no necesita tratamiento con la hormona de la insulina, al menos en sus comienzos.

Es una enfermedad crónica que se caracteriza por un aumento de la cantidad de glucosa en sangre.

En muchos países, la diabetes afecta a más de 4% de la población y consume hasta el 10% de sus recursos sanitarios.

La tendencia creciente de esta enfermedad hace que se considere un fenómeno epidémico: una de las pandemias del siglo XXI.

La cifra mundial de personas con diabetes crecerá de los 150 millones de estimación actual hasta más de 300 millones en 2025, y el incremento más llamativo se producirá en países como China e India.

Este tipo de diabetes (la que tienen el 90% de los diabéticos) suele aparecer en personas adultas (a partir de los 50 años), aunque en los últimos tiempos está apareciendo en gente cada vez más joven, incluso adolescentes y niños.

Lo que causa es una alteración en la asimilación de los azúcares, especialmente de la glucosa, que, al no ser metabolizada correctamente por el organismo, se acumula en la sangre (hiperglucemia).

Y se produce un círculo vicioso: cuanto más azúcar hay en la sangre, más secreción de insulina.

Los altos niveles de insulina en sangre potencian la acumulación de grasa, sobre todo en la barriga, y aumentan la presión arterial, que desencadena las enfermedades cardiovasculares.

De hecho, la principal causa de muerte del diabético tipo 2 es el infarto de miocardio.

La aparición de esta enfermedad está potenciada por el exceso de peso, el sedentarismo y el abuso del consumo de azúcares.

Todo exceso de peso merma la salud y predispone a enfermedades, pero aquella obesidad en la que la grasa se acumula en la barriga es un factor de riesgo cardiovascular de primera magnitud.

Casi todos los diabéticos tipo 2 presentan un exceso de peso.



Ambiente Obesogénico

Que es?

Aquel donde no existan facilidades ni estímulo para la actividad física y que los alimentos más baratos y más disponibles son aquellos con mucha grasa y azúcar, y servidos en porciones exageradamente grandes: Vaso gigante de gaseosa, Envase gigante de pochoclo, triple hamburguesa, etc.

En este sentido es muy importante no tener un enemigo único al cual achacarle todas las desgracias ponderales de la población. No son Mc Donalds o Burguer King los únicos monstruos obesogénicos.
Lo es también la escuela en cuyo kiosko o cantina se expenden bebidas azucaradas, y donde las facilidades para la práctica de actividades deportivas o recreativas son inexistentes en términos de espacio físico, equipamiento y profesores avezados.

Preocupación entre los médicos por la dieta infantil

Las gaseosas desplazan a los lácteos

Más de un vaso y medio diario aumenta la tendencia a la obesidad y dañala salud bucal y arterial

Cada vaso consumido incrementa un 60% el riesgo de obesidad en loschicos

Por cada litro diario de gaseosa azucarada un niño aumenta 65 gramos

Se pueden engordar dos kilos por mes

A medida que la leche retrocede en la alimentación de los chicos y los adolescentes, las gaseosas ganan cada vez más terreno, son disparadoras de obesidad y, además, interfieren con la absorción de micronutrientes.


Diferencia entre consumir una bebida cola y consumir leche

Casi imbatibles para padres y médicos, en los Estados Unidos representan el 11% de las calorías diarias -aunque sin aporte nutricional- que los chicos ingieren.

Esto equivale a comer quince cucharadas de azúcar por día, con claras consecuencias para los dientes y, más tarde en la vida, para las arterias y el corazón.

En laArgentina, según el doctor Alejandro O´Donnell, director del Centro deEstudios sobre Nutrición Infantil (Cesni), esa cifra trepa al 20%.

Mientras un vaso de leche aporta 114 calorías y un vasto arsenal nutricional (vitaminas A, B1, B2, D, calcio, fósforo, hierro, magnesio yzinc), un vaso de gaseosa proporciona 90 calorías "vacías".

Esto preocupa aún más si se tiene en cuenta que la venta de gaseosas aumentó un 160% en los últimos diez años, y que los chicos y adolescentes llegan a consumir hasta un litro y medio de gaseosa diario, más de cinco veces el nivel aceptable de un vaso y medio (unos 300 cm3).

Un estudio publicado en la revista The Lancet en 2001 señala que cada lata o vaso de gaseosa consumido aumenta hasta un 60% la posibilidad de que un chico sea obeso.

Según el doctor O´Donnell, por cada litro de gaseosa diario, un chico aumenta 65 gramos; "esto quiere decir que puede engordar dos kilos por mes sólo por las gaseosas".

las versiones diet o light , que a la mayoría de los chicos no le gusta por su sabor "metálico", no son una alternativa válida durante el crecimiento. Aunque la cantidad de edulcorante que contienen no llega a ser perjudicial aun cuando su ingesta es excesiva, las gaseosas dietéticas no son una fuente de energía para el organismo.

Que tomar entonces ?

Para los especialistas consultados, lo natural es que ante la sed se tome agua, necesaria para los procesos metabólicos.

"En la Argentina,agua es un término desprestigiado -reflexiona la doctora Piazza, que también recomienda los jugos exprimidos por su aporte de vitaminas y fibras, útiles para la digestión-.

Cuando los chicos se juntan en una casa, los padres no ofrecen agua porque creen que es poca cosa y, en su lugar, ofrecen gaseosa. ( seguro que se sienten identificados,no?)

Hay que resignificar el valor del agua."

Incluso, según el doctor O´Donnell, muchos chicos de clase media nunca probaron el agua. Y cuando desde chiquitos se los induce a tomar sólo bebidas azucaradas, luego será difícil que acepten tanto el agua como la leche.

Amigos como siempre lo importante es estar informados para saber si estamos haciendo las cosas bién y saber que siempre se esta a tiempo de cambiar y cómo veran la propuesta es :

Moverse, ser más activo

Tomar agua, es lo mejor para nuestro organismo y además BARATA!!

Controlar las porciones, NO COMER CON LOS OJOS.

Leer, preguntar, consultar a los profesionales para que no nos engañen con las propagandas de los productos que atentan contra nuestra salud.

Nos vemos

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